domingo, 30 de marzo de 2014

New York cheesecake



Desde que abrí el blog estaba esperando la ocasión perfecta para hacer este cheesecake.

Por una cosa o por otra, parecía que nunca iba a llegar el día adecuado para prepararlo, pero ¡pooooor fin lo hice!


Ha sido una semana muy movidita...

Muchos acontecimientos y muchos sentimientos a flor de piel.

Rematando con una inmensa alegría y varias celebraciones. Con el buen sabor de boca que deja que algo o, como en este caso, varias cosas, ¡salgan bien! ¡Ole, ole y ooole!!!


Así que no lo pensé más, no tenía ninguna duda. Era la "gran ocasión" para hacer un cheesecake, el tradicional, el de siempre: ¡el New York cheesecake!! Además, mientras llega la ocasión de viajar a la gran manzana, tendremos que consolarnos con esta delicia...


¡Vamos con ella! 

La receta es del libro de Alma Obregón "Objetivo tarta perfecta".

Para un molde desmontable alto de 18 a 20 cm de diámetro

La base:

- 170 g de galletas tipo maría, graham o digestive.
- 45 g de azúcar.
- 95 g de mantequilla.

Para el relleno:

- 800 g de queso philadelfia.
- 160 g de azúcar.
- 2 cucharadas de harina.
- 4 huevos talla M.
- 65 ml de nata para montar.
- 1 cucharadita de vainilla en pasta.

Para la salsa de fresas (podéis utilizar lo que queráis: frambuesas, arándanos...):
- 300 g de fresas.
- 70 g de azúcar.
- 2 cucharadas de maicena.

Precalentamos el horno a 180 ºC y engrasamos nuestro molde.

Trituramos las galletas hasta que parezcan pan rallado. Las mezclamos con la mantequilla fundida y el azúcar. Cubrimos la base del molde y los laterales hasta, al menos, unos 3 cm de altura y lo metemos en la nevera para que se endurezca.

Batimos el queso con el azúcar y la harina hasta que la mezcla sea homogénea. Incorporamos los huevos, uno a uno, y añadimos la nata y la vainilla. Mezclamos bien y rellenamos el molde. Horneamos durante 15 minutos a 180 ºC y después a 120 ºC durante 60/70 minutos o hasta que la superficie se haya cuajado y sólo quede el centro un poco húmedo.

Cuando esté a temperatura ambiente, pasamos un cuchillo por los bordes entre el molde y la tarta (sin desmoldar, sólo para quitar tensión y que no se agrieten) y la metemos en la nevera durante al menos 6 horas (o mejor aún, toda la noche).

Para la salsa, calentamos a fuego lento todos los ingredientes en un cazo, removiendo hasta que las fresas se hagan puré. Dejamos enfriar y servimos sobre la tarta.


Truco: esta tarta ha de conservarse en la nevera, pero gana mucho si la sacáis al menos 30 minutos antes de consumirla, para que esté a temperatura ambiente.


¡Y a disfrutarla! Nosotros lo hicimos ¡Y mucho!


Besazos a mogollón.

Eva.

lunes, 24 de marzo de 2014

Cupcakes de chocolate y trufa, ¡y qué vivan las fallas!



En Valencia estamos de resaca global fallera.


Así son las fallas y así somos los valencianos. Lo damos todo en cinco días y luego nos queremos morir los cinco siguientes...



Pero a mi, personalmente, ¡me encantan! ¡Cada vez más!


Son días de no parar, de andar, de comer un bocata en cualquier sitio, de salir de casa a las once de la mañana y llegar a las once de la noche, para volver a irte... De estar dos horas esperando sentada en el suelo para ver la mascletá. Pero, ¡guau!!! ¡Cómo merece la pena!!



Las fallas son así: o te encantan o no las entiendes... A nosotros nos encantan y las disfrutamos todo lo que podemos.


Ahora que ya se han acabado, toca recuperarse de éstas y empezar a prepararse para las siguientes. Y no se me ocurre una forma mejor que con estos cupcakes ¡superchocolateados!¡Ole!!


Para 12 cupcakes.

El bizcocho:

- 40 ml de aceite de oliva.
- 125 g de azúcar.
- 75 g de harina.
- 25 g de cacao.
- 1 cucharaditas de levadura en polvo.
- 1 huevo.
- 75 ml de leche.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- 75 ml de agua hirviendo.

Precalentamos el horno a 180º y preparamos las cápsulas de nuestros cupcakes.

En un bol tamizamos harina, cacao y levadura. Reservamos.

Batimos aceite, azúcar y huevos hasta que estén integrados. Incorporamos la harina y el cacao. Cuando la mezcla sea homogénea, añadimos la leche y la vainilla; agregamos el agua hirviendo y batimos de nuevo. La masa queda un poco líquida pero no pasa nada.

Repartimos la masa en las cápsulas y horneamos unos 20 minutos.

Para la trufa:

- 300 ml de nata con más del 35% de materia grasa.
- Azúcar glas al gusto.
- Cacao al gusto.

Empezamos a montar la nata y vamos añadiendo azúcar y cacao hasta que esté a nuestro gusto.

Colocamos en una manga pastelera con una boquilla rizada y decoramos.


¡Y ya está! ¡La merienda perfecta! 


¡Ñam! ¡ñam! 

Y como no, antes de despedirme, aquí os dejo un popurrí fallero:


Besazos a mogollón.


Eva.

lunes, 17 de marzo de 2014

Carrot cake al desnudo.


Pues sí, al desnudo...


Y no es mi primera vez, no...

Ya me estrené con esta maravilla. Y la verdad, me gustó taaaaanto el resultado, que ya tenía muchas ganas de otra.


Así soy: lo pienso, lo hago. De repente pienso: ¡quiero hacer una carrot cake! ¡Y la quiero desnuda! ¡Ale! ¡Viva la libertad de expresión reposteril! ¡Y la que no es reposteril también!

Por otra parte, hace mucho tiempo que quería hacer una carrot cake para que la probara mi madre, porque sabía que le iba a encantar. En estas cosas somos muy parecidas: el dulce nos pierde, todos en general y, esta clase de bizcochos, en particular.


Hay miles de recetas de carrot cake, pero yo, fiel a mis principios y al amor incondicional que le tengo, ¡me he decidido por la de Peggy Porshen!!


Al lio:

Para los bizcochos:

Para dos moldes de 18cm.

- 140 ml de aceite vegetal.
- 200 g de azúcar moreno.
- 1 huevo batido.
- 80 g de nueces tostadas y picadas finas.
- 320 g de zanahorias, peladas y ralladas.
- 280 g de piña en conserva, escurrida y troceada.
- 290 g de harina.
- 3/4 de cucharadita de bicarbonato.
- 3/4 de cucharadita de canela molida.
- 3/4 de levadura en polvo.
- Una pizca de sal.
- Las semillas de una vaina de vainilla.

Horneamos los bizcochos un día antes de servirlos. 

Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos los moldes. los engrasamos y forramos con papel de horno.

¡Y empezamos!

Vertemos el aceite vegetal y el azúcar moreno claro en un cuenco mezclador y batimos bien. Batimos ligeramente el huevo y lo añadimos gradualmente a la preparación de aceite hasta conseguir una mezcla homogénea. Añadimos las nueces, las zanahorias y la piña y mezclamos suavemente.

Tamizamos juntas la harina, el bicarbonato, la levadura, la canela y la sal y las añadimos a la preparación húmeda en dos tandas. Mezclamos a velocidad lenta hasta que la masa esté ligada.

Dividimos la masa de manera equitativa entre los moldes. Horneamos 40/50 minutos, dependiendo del horno. Estarán cocidos cuando los bordes empiecen a separarse de las paredes de los moldes y las superficies estén doradas. En caso de duda, podemos insertar un cuchillo limpio en el centro de cada bizcocho. Debe salir limpio.

Para la crema mascarpone:

- 250 ml de queso mascarpone.
- 250 ml de nata con más del 35% de materia grasa.
- Azúcar glas al gusto.

En un bol batimos el queso mascarpone. Cuando esté bien mezclado le empezamos a añadir la nata sin dejar de batir y el azúcar. Batimos hasta que monte.

Para el montaje:

Cortamos y nivelamos los bizcochos de manera que nos queden cuatro iguales. Rellenamos cada uno con la crema mascarpone. Decoramos con nueces picadas.

¡Y listo! Así, sin más, sin engaños, sin adornos, desnuda.


Besazos a mogollón.


Eva.



domingo, 9 de marzo de 2014

Brownie a secas.



Si, a secas, porque a un brownie no le hace falta nada más... Bueeeeeno vaaaaale, si le ponemos un poquito de helado y chocolate caliente, ¡ya es la repera!


Pero, por si solo, el brownie le pone los ojos como platos a cualquiera. Incluso al que nunca quiere pedir postre. Incluso al que sieeeeeempre dice: no, no, a mi el dulce no me va. Incluso, al que está a dieta y apenas si ha probado la cena. Al brownie, ¡no te puedes resistir!


Es el postre por excelencia, al que nunca te van a decir que no, con el que siempre, siempre, vas a triunfar.


Como este fin de semana teníamos sarao en casa y, encima, nos pilla en plenas fallas (¡ole, ole y ooooole!, ¡vivan las fallas!) no quería complicarme mucho, pero al mismo tiempo quedar bien.


Solución: ¡brownie!!! Y nada de tonterías, ni de experimentos, no. Brownie a secas, el de siempre, ¡con sus nueces, su helado y su chocolateeeeee! ¡Ñam, ñam, requeteñam!!!


Al lio:


La receta es del libro de Alma Obregón "Objetivo: tarta perfecta"

- 160 g de mantequilla.
- 250 g de chocolate negro, partido en trocitos.
- 160 g de azúcar blanco.
- 140 g de azúcar moreno.
- 3 huevos.
- 120 g de harina.
- 100 g de chips de chocolate negro.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- Un puñado de nueces.

Precalentamos el horno a 180ºC. Engrasamos nuestro molde.

En un cazo, derretimos a fuego lento la mantequilla junto con el chocolate a trocitos. Dejamos templar. En un bol, batimos el azúcar moreno y el blanco, los huevos y la vainilla hasta que la mezcla esté bien integrada y esponjosa. Incorporamos poco a poco el chocolate derretido, sin dejar de batir. A continuación, la harina, batiendo de nuevo hasta que la mezcla sea homogénea. Añadimos los chips de chocolate y las nueces.

Echamos la masa en el molde y horneamos unos 40 minutos o hasta que el brownie haya creado su característica costra y al pincharlo con un palillo éste salga limpio.

¡Y listo! Bueno, no, lo siguiente... 


Así que, ¡a disfrutarlo!


Besazos a mogollón

Eva.






domingo, 2 de marzo de 2014

Layer cake de plátano, chocolate y mascarpone.



¡Ale!¡Ahí va eso!.

Yo no me puedo conformar con hacer un pastel de plátano con glaseado de plátano tal cual viene en el libro de Peggy (si, mi Peggy, la Porschen). No.


Yo, tengo que ponerle más cosas... Tengo que hacer una tarta, tengo que ponerle chocolate, tengo que... ¡liarla parda! Porque si no, no sería yo. Y porque sí no, no sería un postre para llevar a ningún sitio... ¡Yyyyy porque yo lo valgo y porque me apetece!

Hacía bastante tiempo que no hacía nada de mi libro superpreferido (de momento) de repostería. Sí, el mismo: "Boutique de pastelería" de Peggy Porschen. Y la verdad, ya lo echaba de menos.


Así que no he querido sufrir más de amor y me he lanzado a él.

Para dos moldes de 18cm.

- 100 g de mantequilla.
- 200 g de azúcar moreno.
- 1 cucharadita de canela en polvo.
- 2 huevos medianos.
- 300 g de plátanos maduros.
- 180 g de harina.
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico.
- 1 cucharadita de levadura en polvo.
- 60 g de chocolate negro picado.
- 80 g de nueces picadas gruesas.

Precalentamos el horno a 175ºC y engrasamos los moldes con mantequilla.

Ponemos la mantequilla, el azúcar y la canela en polvo en un cuenco mezclador y batimos hasta que la preparación blanquee y esté esponjosa.

Batimos los huevos ligeramente y los vertemos poco a poco sobre la mezcla de mantequilla, trabajando a velocidad alta para incorporarlos.

Aplastamos los plátanos y los añadimos a la masa, seguidos del chocolate y las nueces.

Tamizamos juntos la harina, la levadura y el bicarbonato y los añadimos a la masa a velocidad lenta hasta que estén mezclados. Vertemos la masa en el molde.

Horneamos de 35 a 40 minutos, dependiendo del horno. En caso de duda, podemos insertar un cuchillo limpio o una brocheta de madera en el centro del pastel; debe salir limpia.

Dejamos enfriar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar. Dejamos enfriar por completo sobre una rejilla metálica.

Para el ganache de chocolate:

- 200 ml de chocolate negro.
- 200 ml de nata con más del 35% de materia grasa.

Ponemos a calentar la nata y llevamos a ebullición.

En un bol troceamos el chocolate y echamos la nata caliente por encima. Removemos hasta que esté totalmente disuelto. Reservamos en la nevera.

Para el mascarpone de plátano:

- El puré de 2 plátanos.
- 1/2 cucharadita de canela.
- Unas gotitas de limón.
- 200 ml de nata con más del 35% de materia grasa.
- 250 g de queso mascarpone.
- Azúcar glas al gusto.


En un bol ponemos el puré de plátano (al que le habremos añadido unas gotitas de limón para que no se oxide), la canela y el queso mascarpone. Batimos hasta que esté todo bien incorporado e incorporamos la nata y el azúcar. Batimos hasta que monte. Reservamos en la nevera.

Montaje:

Cortamos y nivelamos los bizcochos de manera que nos queden cuatro iguales.

Sacamos el ganache de la nevera para que esté a temperatura ambiente.

Colocamos el primer bizcocho y rellenamos con ganache de chocolate. Seguimos con el segundo al que le pondremos una buena capa de mascarpone de plátano. Al siguiente le volvemos a poner ganache de chocolate. Tapamos con el último bizcocho y cubrimos toda la tarta con una buena capa de mascarpone de plátano.

Preparamos una manga pastelera con una boquilla con forma de estrella (yo usé la nº 21 de Wilton) y la llenamos con el ganache de chocolate que nos ha sobrado. Decoramos.


¡Y ya está!, ¡lista para hincarle el diente!


Besazos a mogollón.


Eva.